MUAC verano-otoño 2016
Odio el arte moderno, pero como diría
una amiga mía “vele el lado bueno”. El lado bueno de esta explosión es la participación
del espectador.
“No interpretes el arte, vívelo”
Con esta primicia comienza la exploración
del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), desde hace mucho quería conocer
el museo, en esta temporada se presentaban las exposiciones de Anish Kapoor y
Los carpinteros.
Ciertamente la interpretación del
arte está muy enlazada con nuestro estado de ánimo, la primera obra de arte que
vi en las exposiciones eran unos espejos. Las personas en su infinita
arrogancia siempre esperan ver su reflejo en cada espejo, fue lo que pensé,
para la sorpresa de muchos lo que veías era a las demás personas, se esforzaban
en encontrar su reflejo, al encontrarlo perdía el arte y volvían a ser un
simple espejo que muestra nuestro reflejo.
Al continuar unos pasos se distinguían
figuras geométricas muy coloridas en habitaciones completamente blancas. Al poco
rato me encontré con una incertidumbre si una pieza fue cortada por la mitad o
era un efecto óptico de profundidad causado por los tonos oscuros.
Entre las tantas obras del museo
una llamo mi atención, un cubo de algún material transparente simulaba burbujas
como si de una pequeña explosión en el agua se diera y un momento se suspendía
en el tiempo.
Llegue rápido a la obra que menos
me gusto, esculturas blancas sin forma distinguible llenaban toda una habitación.
Al verlas con detenimiento note que muchas estaban rotas y fragmentándose en
pequeños pedazos, un simbolismo tal vez “de lo efímero de éste tipo de arte”,
sin expresar nada, sin tratar de decir algo más.
Continúe hasta la exposición de
Los carpinteros, donde me topé con clavos enormes (vaya a fan de decirnos que
le prestemos atención a las cosas pequeñas), cada sala era una experiencia visual
diferente. Cosas enormes, cosas que se repetían, cosas fluorescentes, cosas
inesperadas.
Llegue a un punto muy tradicional
del arte, una pintura con un mensaje “el pueblo se equivoca”, literal dibujaron
lo que querían decir.
El juego con la luz y la
oscuridad llenaban toda una sala, líneas de colores brillaban en las paredes
como si a fuego se tratara, un faro tirado, pero aun funcionado.
El color rojo resaltaba es todo
el blanco de la última sala, en una esquina se encontraba un conjunto de
espejos, en ese momento entendí. Se podía ver todas las obras de la sala, los
visitantes, la obra inconclusa de la entrada, resulta que cada pieza y el
conjunto de la explosión envolvía a los visitantes en sí, los visitantes éramos
una parte de las obras de artes, modificando cada obra, como si la pintura de
un cuatro cambiara constantemente para dibujar una obra de arte diferente. O bueno
eso le entendí a los espejos que se encontraban en una esquina de la sala.
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