El jardín de las palabras

Ha llegado un nuevo viernes y como de costumbre una nueva nota. Tan solo la semana pasada llegó la lluvia en el valle, anteriormente conocido como el lago. Nos dimos cuenta de lo tan frágil que puede ser un sistema de co trol de agua.


Mientras descansaba de algunos deberes decidí revisar alguna de las películas de animación que tenía en lista de espera. Revisaba los títulos y las casas productoras note esa gran brecha de títulos por revisar, desde casi toda la filmó grafía de Studio Ghibli hasta las producciones de estudio Laika.


Vi una animación producida por otro estudio el cual me hizo comprender esa escuela de la que tanto hablan en cuanto a historia, producción y diseño. En el proceso me sentí identificado con uno de sus personajes el cual siempre está buscando una nota para crear algún reportaje amarillista, venderla a algúna revista y subsistir como una micro empresa.


Me acordé de la historia de este blog, el siguiente mes cumplimos 10 años y que en el proceso se han contado muchas historias. A mediados del año pasado quería soltar la toalla, eliminar la existencia misma de la creación de este pequeño proyecto, pero decidí no hacerlo, incluso trabajé el doble para mejorarlo.

Los resultados no han sido los esperados, pero el aprendizaje es realmente la recompensa. No puedo evitar compararme con alguna otra compañía que no despegó y desapareció en el olvido, dejando algunas cuantas jollas perdidas en el Internet. Incluso aquella compañía que nunca se dedico a una sola cosa diversificando hasta el cansancio lo que hacía. Muchas historias de fracasos, muchas otras de éxito, pero todas en el mismo punto.

Está es la nota 151 entre noticias, análisis y reflexiones de muchos temas de interés. En mi búsqueda de dar un poco de estructura traté de contener los temas en los cuales estaba abordado, para darle una guía, pero no lo logré porque rápidamente perdí el interés. No por falta de ideas, sino por sobrantes.

En esta ocasión toca revisar la animación de «El jardín de las palabras» cuyo director y guionista es Makoto Shinkai, quien ya lo hemos mensionado antes por la película 5 centímetros por segundo.

El jardín de las palabras

Nos muestra una historia simple, dos personas se encuentran en un día lluvioso de verano en un parque. A partir de ese punto podemos notar un sello particular en Makoto Shinkai y es el iniciar con una premisa aparentemente casual.


Nos describe a dos personajes aparentemente diferentes, uno es un chico interesado en estudiar modelaje, siempre con libros, apuntes y diseños propios enfocados en su objetivo. Siempre con la sombra de no poseer el dinero para alcansar la meta. 

Nuestro segundo personaje es una mujer japonesa normal, la cual usa de pretexto para hablar de las condiciones en las cuales los adultos japoneces viven tratando de sobrepasar los estereotipos de vivir en pareja, casarse a una cierta edad, que la mujer tenga que tener un esposo el cual deba atender.

Si bien nuestros personajes tienen una vida plena, lidian con las preguntas fundamentales de la vida ¿que quiero?, ¿a dónde voy?, vivir en clase media da la pauta para pensar en un futuro propio.

Si bien hambos personajes muestran las dos caras de la misma moneda, el obtimismo de la juventud y el pesimismo de la adultez. Hay un elemento que los toma por sorpresa.

¿El amor para que nos sirve?

Esta pregunta importante nos da mucho de que hablar en esta película.


Siendo uno de los temas más importantes y frecuentes para Makoto Shinkai, retomado en muchas de sus historias. En cinco centímetros por segundo eran el amor a través de la distancia, y en esta es el amor a través de la edad.

Porque mientras vamos descubriendo las maravillas de un parque también comenzamos a conocer a la otra persona. Sí, un estudiante conoce a una mujer la cual trata de dejar a un lado los prejuicios impuestos por la sociedad en la que viven para conocerlo.

Por primera vez en mucho tiempo hambas personas exteriorizan sus pensamientos para poder comunicarse con la otra persona con tan solo pequeñas pláticas. Tiene una interacción donde no son únicamente receptor o transmisor, son ambos para poder conocer al otro.

Ya conocemos el estado de la mujer, ya lo habíamos visto antes, es un estado que sin importar los logros obtenidos, el trabajo o la simple idea de estar, son incapaces de salir de ese estado de letargo donde no pueden encontrarle un significado a las cosas. Un sin sabor de todo, escepto del alcohol y el chocolate.  Si bien podría ser el reflejo perfecto de ser consumido por la cotidianidad y la monotonía, también es el símbolo de un fracaso personal del cual no se han logrado componer.

La magia en cada cuadro

Si bien la historia nos da indicios de que todo podría salir mal, también nos da esa eterna esperanza de que la calma vendrá después del caos.


Si bien está historia nos trata de mostrar  un grado de realismo diciéndonos que la edad al igual que la distancia pueden dificultar el amor y el afecto hacia una persona. Nos regala postales para recordarnos que todo puede ser posible, dejandos un final habierto, permitiéndole a la audiencia ser emisor de su propia crítica.

Si llegaste a este punto, gracias por leerme, te deseo un espectacular día. Te invito a comentar tu opinión y a leer mis otras reseñas. Nos leemos después.

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